¿Cuáles son los aspectos críticos más importantes en la optimización de rutas?
¿Cuál es la mejor forma de asignar los pedidos que haya que entregar a las distintas rutas? ¿Cuáles son las limitaciones logísticas que se deben respetar?
A menudo, se responde a estas preguntas de forma aproximada con folios, mapas en la pared y largas listas de pedidos que despachar. Quien hace este trabajo se fía de su experiencia y utiliza las rutas estándares. La planificación manual puede funcionar bien cuando se trabaja con dos o tres vehículos y un número razonable de pedidos en cada ruta de reparto, pero cuando el número de vehículos y el número de entregas aumentan, la situación se vuelve inmediatamente difícil de gestionar.
¿Cómo se puede decidir cuáles son las rutas más eficientes? Basándose solo en la experiencia, muchos planificadores obtienen resultados de planificación razonablemente buenos. Sin embargo, el criterio de lo «razonablemente bueno» no es lo mismo que una «planificación eficiente». Cuando hay kilómetros u horas de trabajo adicionales, también hay costes extras que mantener, que pueden tener, a largo plazo, un gran impacto en los costes totales del transporte.